... un abrazo

Sólo atino a describir con las pocas palabras que puedan calzar, el fenómeno misteriosamente incluyente y naturalmente sedante que se inscribe en el espacio entre las manos y el corazón, cómo aplaca los impulsos temibles de iras, temores, tristezas y vacíos, cómo se entrega todo el exceso en ese instante y regresa el ser humano, cómo tiene la potestad de dormir o despertar, calmar o animar, borrar inseguridades o recobrar fe, aceptar, compartir; cómo el tamaño no afecta el efecto, por el contrario, si los brazos son más pequeños el ángulo de cariño es más grande y la magnitud de la emoción tiende al infinito… todas las guerras del mundo, todos los ruidos funestos, todos los tratos dañinos, rencores, temores, tristezas y abismos, quedarán eternamente excluidos del bien ponderado fenómeno misteriosamente incluyente y naturalmente sedante que se inscribe en el espacio entre las manos y el corazón…